Y usted ¿Milita para la RAE o milita para la E?

Y usted ¿Milita para la RAE o milita para la E?

En medio de una tertulia o publicando un simple meme, suele aparecer alguien que lanza una sentencia absoluta.

Alguien que define el mundo binariamente con un conjuro muy puntual que abre un universo de posibilidades.

Si no lo quieres leer, también puedes leerlo

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Ese conjuro dice así: “el mundo se divide en dos:”…

Esta fórmula tiene infinitas variantes. Por mencionar algunas, podemos decir que se puede añadir a ese esquema algo así como: “… inviernistas y veranistas, cat lovers o dog lovers, apruebo ñuñukis y rechazo ñuñukis”.

Ahí es donde también aparece un binario propio de estos tiempos: los “militantes de la RAE y los militantes de la E“.

Más de alguien se habrá visto inmerso en la confrontación de estas dos posiciones aparentemente irreconciliables. La primera combatiendo cada fórmula del lenguaje que esté fuera de la normativa de la RAE y la otra, promoviendo una fuga de esas normas para hacer mejor referencia de lo que ocurre en el mundo real.

En ese sentido, con cierto amarillismo, me declaro simpatizante por la E.

Sin embargo, con diferencias.

Aunque los de la E, digan que los de la RAE no entienden lo que quieren ellos decir, siento que eso es menospreciarles. La militancia RAE no es que no entienda la otra postura, sino más bien, que no quiere aceptarla.

Hay un mundo con una voluntad de incluir nuevas identidades desde la E y otro mundo con una voluntad de excluirlas dentro de los dominios del imperio de la lengua castellana. 

En este conflicto el NO tomar partido NO da lo mismo. Ese mundo dividido muestra una fisura en lo más central de nuestro lenguaje: su herencia imperial romana.

Idioma e imperio romano

Militar en la RAE es sumarse a un lenguaje emanado de un orden patriarcal. El español es un latín más moderno, es nuestro patrimonio, y viene de la patria romana. El jefe de la unidad esencial romana, la familia PATRICIA, siempre era el hombre, un señor muy señor, descendiente de las deidades.

El padre de familia, jefe y sujeto central de toda forma de pensar, asociarse y vivir. Roma aeterna.

¿Habría que desafiar al padre? ¿Para eso sirve la literatura y el lenguaje no? Para configurar y reconfigurarlo el poder.

En el año 1713, en el Imperio Español instituyeron la Real Academia Española, RAE, para normar lo que era impresentable: una lengua viva que andaba mutando y TRANSformándose por aquí y por allá.

Las formas indefinidas debían ser contenidas y cuidadas de manera policial.

Dotar de murallas al imperio de la lengua, de esos barbarismos que amenazaban con destruirla. 

Militar en la E es precisamente develar una contradicción en el centro del imperio, la ausencia de lo neutral.

Rastreando hacia atrás, muy atrás, antes de que hubiera estados e instituciones, la recuperación de lenguas muertas devela que existió un género neutro, anterior a las relaciones de propiedad y poder en los orígenes prelatinos.

La neutralidad estaba dada por una esencia un poco más unitaria e integral. Esa era la proto lengua indoeuropea, que consideraba una existencia más allá de lo masculino y femenino.

Militar en la E apunta precisamente a que la esencia es muy diferente de lo que se evidencia. Ni masculino, ni femenino. Militar en la E, es tomar partido por ser neutral como contenedor sin forma. No son murallas, sino los límites imprecisos de una región para habitar. 

Como simpatizante lo digo, no como militar ni como militante.

Me gusta ver cómo se puede boicotear las estructuras rígidas de un idioma que pone primero al hombre y luego a todas las otras posibilidades de existencias, aminoradas por quien escribe el poder. La plebe de las letras.

¿Cómo?

Pues abriendo un nuevo espacio, fuera del control de la élite. Simpatizo con esa postura, la de forzar el lenguaje para que los campos y viñedos de las letras permitan frutos para la barbarie.

Masculino y femenino, binarismo del poder

Hasta ahora el imperio de la palabra se dividía en dos géneros que se definen por su denominación con a en lo femenino o con la o para la denominación masculina. No se puede dividir en tres: con una E invasora. No, eso es cruzar la aduana y desafiar algo muy sacro.

¿Tercera vía? Simpatizante de la militancia de la E. Hacer un esfuerzo por hablar sin género.

Quienes militan en la RAE dicen que no pueden entender por qué se da el cambio.

Claramente la TRANSformación social, valores y la posibilidad de que no haya sólo un tipo de ciudadano en el imperio del sentido. Se pueden concebir más diversidades.

Para esa militancia esa idea no es algo incomprensible, sino algo que NO pueden aceptar. 

Aunque no vayas a hablar en lenguaje inclusivo todas las veces, ¿por qué te resistes?

Hay que tomar partido, resistirse o aceptar. El mundo NO se divide sólo en dos: los hombres y las mujeres, hay una multiplicidad de identidades.

Estamos en la E… Los puntos cardinales son tres: norte y el sure. Como decía Vicente Huidobre