Escuelita Rebelde Chepuja: club de lectura que resiste

Escuelita Rebelde Chepuja: club de lectura que resiste
Por Constanza Ulloa
Es domingo. Son las 8 de la mañana y ya llegan mensajes al grupo de whatsapp “Altamira”. Un buenos días y chequear si está todo en orden para subir a la Escuelita Rebelde Chepuja.

La historia de la Escuela Rebelde comienza con el Club de Lectura Rebelde, una agrupación autogestionada, que nace al alero del estallido social, y que, a más de dos años, se mantiene firme con sus lecturas rebeldes en diferentes espacios de Antofagasta. Cada domingo el Club sube hasta Altamira, campamento formado a comienzos de la pandemia en Antofagasta, más específicamente en el sector centro alto de la ciudad, para apoyar pedagógica y escolarmente a los niños, niñas y adolescentes del Campamento Altamira.
Ya a las 10 de la mañana comenzamos a subir hacia el campamento. 10:30 armamos los toldos, ponemos las mesas y sillas, se limpia un poco y luego ponemos los manteles, es hora del desayuno y ya comienzan a llegar los niños y niñas, nos saludan con sus manos pegajosas y nos abrazan con una sonrisa tímida en sus rostros. Un vaso de leche y un pan para cada uno.
A las 11 de la mañana parten las clases. Karen Vergara, profesora de educación básica, se encarga de los niños y niñas, Francisca Navarro, ingeniera civil industrial, Cristhian Campos y Jocelyn Caceres, ambos profesores de historia, se encargan de los adolescentes. Al mediodía se intercambian los docentes y a los más pequeños se les entretiene con alguna actividad de arte, pues gustan de trabajar con papel, lápices y las pinturas.
Y así, cada domingo se resiste desde los cerros más altos de la ciudad, en donde los niños bajan corriendo a pies pelados con un vaso de coca cola, su bebestible favorito, en la mano y sorprendentemente no se les derrama ninguna gota.

CLUB DE LECTURA REBELDE
En Antofagasta, la revuelta comenzó el sábado 19 de octubre por la mañana. Un día después que comenzara en Santiago y alrededores. Fue una larga jornada que empezó a las 11 de la mañana con una asamblea autoconvocada en la Plaza Sotomayor, frente al mercado de la ciudad.
Nos reunimos para ver el accionar que tendríamos luego de ver los hechos que acontecían en la capital. Una hora después de comenzada la asamblea, marchamos. Bajamos por la calle Uribe hasta el mall. Luego subimos por calle Maipú en dirección hacia la segunda comisaría en pleno centro de Antofagasta y, desde ese momento, la represión era inminente.
El 19 de noviembre, a un mes del estallido social, nos encontramos por primera vez como Club de Lectura Rebelde. La idea de crear un club de lectura surgió a raíz del planteamiento de la crítica literaria Patricia Espinoza, quien en una entrevista plantea la necesidad de releerlo todo. Y así, una mañana, en una de las cientos de actividades que surgieron los días posteriores al 18-O, decidimos armar un grupo de lectura.
El libro escogido para la primera instancia fue Rebelión en la Granja, una de las distopías del escritor George Orwell. Nos reunimos en los pastos de la Escuela de Periodismo de la Universidad Católica del Norte, para los encuentros siguientes fuimos a playas, parques, plazas, bibliotecas, etc.; lo que de alguna manera nos llevó a apropiarnos de lugares públicos, un tema que tomó relevancia en el estallido social, esto de tomarse los espacios para reencontrarse y reafirmar el tejido social.






Ya llevamos más de 100 libros y encuentros. Dos años de rebeldía, lecturas y amistad. Somos profesores, estudiantes, artistas, dueñas de casa, madres, padres, ingenieros, obreros, y por sobretodo, personas que leen.
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PANDEMIA
El sábado 14 de marzo de 2020 fue el último encuentro presencial que tuvimos por bastante tiempo. Leímos y comentamos El Cuento de la Criada, la novela distópica de la escritora canadiense Margaret Atwood.
Nadie podría predecir que sería nuestro último encuentro presencial por un largo tiempo. La crisis sanitaria de la pandemia del COVID-19 nos detuvo un par de semanas en las que cada uno tuvo que afrontar esta “nueva normalidad”. Transitamos hacia la plataforma zoom y partimos con la lectura de “La Peste” de Albert Camus.
Al hacer el club de manera remota, nos dio la posibilidad de que personas de otras localidades de Chile y distintos países pudiesen asistir a las lecturas. Argentina, Guatemala, Colombia y Perú, fueron invitados en las lecturas rebeldes.
ESCUELITA REBELDE CHEPUJA
A comienzo de abril de 2020 el Club comenzó una ardua labor social haciendo rutas de entrega de donaciones casi diariamente. Se ayudaba a las más de 70 ollas comunes que comenzaron a funcionar en Antofagasta durante el momento más duro de la crisis sanitaria.
A causa de aquello, el Club llegó al naciente Campamento Altamira, que recién se estaba comenzando a formar. Allí funcionaba una olla común a la que se empezó a apoyar, y posteriormente, se percataron de que habían bastantes niños, niñas y adolescentes que estaban en el limbo con el tema de las clases online ya que no contaban con los implementos necesarios (internet, celular, computadora, etc.) para entrar a clases.
En primera instancia, se construyó un punto de lectura en donde cada domingo se realizaban cuenta cuentos y actividades para las infancias del campamento. Ya para noviembre y diciembre de 2020, y como comenta Rossina Mena, miembro del Club, los niños y niñas pedían jugar a la escuela. Esto llevó a la agrupación a formar una escuela popular en el campamento.
[youtube https://www.youtube.com/watch?v=xGVeLrC9WrE&w=560&h=315]Un par de mesas plegables, unas cuantas sillas y pisos, y dos toldos fue lo que se necesitó para que el grupo de la Lectura Rebelde comenzará a hacer apoyo escolar para la niñez y adolescencia del Campamento Altamira. Francisca Navarro, miembro fundadora del Club, menciona que se requirió un trabajo territorial previo para poder generar el espacio apropiado para plantear la idea de instalarse en el Campamento con la Escuelita Rebelde.
Aquel trabajo ya lleva más de un año y lo que partió con lo descrito anteriormente, ya es una mediagua de 6 metros de largo por 3 metros de ancho, y debido a la alta cantidad de menores que asisten cada domingo, aún se requiere de toldos, mesas y sillas para poder acomodar a todos. Jocelyn Cáceres, profesora de historia, nos cuenta que si bien se hace un acompañamiento pedagógico, también se acompaña emocionalmente, pues se atienden situaciones complejas, que son los efectos colaterales que tienen que sobrellevar las personas que viven en los campamentos.
Los campamentos son zonas difíciles, con abuso de drogas y alcohol, por lo que el trabajo territorial previo a una intervención en un lugar así es importantísimo. Marcela Mercado, fundadora del Club de Lectura Rebelde menciona que la Escuelita Rebelde Chepuja es un lugar protegido para que los niños y niñas puedan soñar. Entre la basura, el excremento, las conexiones eléctricas irregulares y el desagüe a vista de todos, está la Escuelita.
Difícilmente podremos solucionar el problema habitacional de las personas de los campamentos, pero para el Club es importante no soltar a los niños y niñas que nos esperan sagradamente cada domingo por el vaso de leche y el pan.
[youtube https://www.youtube.com/watch?v=SEC-M_sRAI8&w=560&h=315]La Leyenda de Chepuja
El nombre de la Escuelita Rebelde no es casual. Chepuja significa “el que dice tonterías” en ruso y fue el nombre artístico de Sergio Felipe Riquelme, poeta antofagastino importante figura cultural de la ciudad y miembro adorado de nuestro Club, quien falleció el 19 de marzo de 2021.
Sergio fue uno de los integrantes del Club que nunca faltó a ningún encuentro presencial. Lo entreviste en diciembre-enero de 2020-2021, y planteaba que las personas no podían dimensionar o llegar a imaginarse que un grupo de personas (refiriéndose al Club) pudiesen realizar ayuda social sin esperar nada a cambio.
Describió a los lectores rebeldes como optimistas, positivos y motivados, y que hace las cosas que promete que las va a ser. Tres adjetivos que no son muy del estilo de Chepuja y para nada como solía presentarse al mundo nuestro querido amigo Sergio, pero pese a aquello, le gustaba ser parte del “movimiento”, así visionaba al Club de Lectura Rebelde.

Hace una semana recibimos la visita de Lamngen Elisa Loncon, presidenta de la convención constitucional, quien con su mirada tierna abrazó a los niños y niñas que le preguntaban cuán difícil era ser presidenta y mientras ella respondía, los cuadernos se le apilaban en sus manos para ser revisados, pues orgullosamente los chicos le enseñaban sus tareas hechas, y contaban que lo que no aprendieron en la Escuela, lo aprenden aquí en la Escuelita Rebelde Chepuja. Además, Elisa destacó la voluntad de las personas del Club, para asistir cada semana a apoyar las infancias, pues en ellos está el futuro y debemos ayudar a construir uno más amable para todos.
[youtube https://www.youtube.com/watch?v=ZZ6ijA4vEUk&w=560&h=315]Tu risa me hace libre
Me pone alas
Soledades me quita
Cárcel me arranca
Boca que vuela
Corazón que en tus labios
Relampaguea
Es tu risa la espada
Más victoriosa
Vencedor de las flores
Y las alondras
Rival del sol
– Nana de la Cebolla, Miguel Hernández