Ensayo: La mujer robot en el cine

Ensayo: La mujer robot en el cine

En 2022 poco sabemos de representaciones de mujeres robot en el cine que no estén al servicio de las masculinidades. Pareciera que hasta ahora, el feminismo no esta presente en este género y mediante una serie de ejemplos, te demostraré por qué.

Si no tienes tiempo de leer, dale clic al audio y escucha el ensayo completo, relatado por Belén V. Riquelme.

Todos recordamos películas cómo Yo robot (2004), con Will Smith tratando de salvar al mundo de una malvada inteligencia artificial. O Terminator (1984), donde Arnold Schwarzenegger es un androide que quiere matar a la última esperanza de la humanidad, Sarah Connor, pero hasta ahí llegamos.

Desde el amor romántico, pasando por la empleada doméstica hasta llegar a la bomba sexual, el género parece estar rodeado de misoginia y machismo. Lo que no evita que nos preguntemos ¿podemos hablar de estos temas si hablamos de robots? Mi respuesta es sí.

Sabemos que los imaginarios de la vida real se traducen a la pantalla. En el ámbito nacional, por ejemplo, Nicolás López es un director y guionista de cine que realizaba películas denigrando el género femenino. Locas, histéricas, putas, calienta sopa, entre otros términos se usaban en sus largometrajes para describir a las mujeres, aunque fuesen personajes protagónicos. Más tarde, saldrían a la luz acusaciones de acoso sexual por parte de López a actrices, confirmando aún más su misoginia interiorizada.

Similar ocurre en este género, donde las ginoides siempre son mujeres esculturales o perfectas. Amas de casa excepcionales, al servicio de los hombres, tanto en necesidades básicas como sexuales. Voces femeninas que llenan un vacío sentimental o figuras femeninas que ayudan al desarrollo de un personaje masculino.

Y es que lo que conocemos de los robots en el cine también responde a una cultura de dominación. En Star Wars (1977-2019, cualquiera de ellas), C3PO y A2-D2 están al servicio de Anakin y Leia, uno en protocolo y otro para labores de tecnología. También, en Yo robot (2004), están al servicio de los humanos e incluso no pueden ayudarlos a cometer actos suicidas o dañarlos. Y, en Blade Runner (1982) los robots son peligrosos para los humanos y por ello hay que perseguirlos y matarlos.

El punto es que, aun en este proceso de dominación dado por defecto en el género: lo femenino o las mujeres están limitadas a la construcción cultural de “el sexo débil”.

Vectorium, Shutterstock, licencia de pago. Representación de una mujer a la que se la cuerda como una marioneta y que simboliza a la mujer robot en el cine. Disponible en: https://www.shutterstock.com/es/image-vector/control-manipulation-marionette-concept-young-tired-2075608972
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¿Y por qué hay misoginia en el cine de robots?

Una de las muestras relevantes de la misoginia, es el caso de Galaxina (1980). Dorothy Stratten, actriz y modelo interpreta a una ginoide, que solo busca el amor y para ello está dispuesta a embarcarse en misiones heroicas. Pero no como una heroína cualquiera, una que usa trajes cortos de sirvienta y que está dispuesta a seducir hasta al alienígena más decadente para cumplir sus objetivos.

Cabe destacar que Stratten aparte de ser actriz, era considerada como un sex symbol, debido a su participación en la revista Playboy. Esto no solo le daba una condición de mujer objeto dentro de la película, sino que también se lo proporcionaba fuera de la pantalla.

Lamentablemente esta misoginia que sufría la actriz llegó a su punto cúlmine cuando fue asesinada por su esposo y agente, Paul Snider, quien la mató poco después del estreno de la película.

Un ejemplo más reciente del machismo en un filme es la aclamada película Her (2013). Interpretada por Joaquín Phoenix, quien se dedica a escribir cartas de amor y que compra una inteligencia artificial que lo ayude a solucionar su vida.

Y ya sé que me pueden decir, ¿por qué sería machista si la AI le dice a Theodore que es suya y a la vez no?, y yo les diría, es por el contexto. Estamos acostumbrados a los sistemas operativos que están al servicio de nuestras necesidades, como lo son Siri o Alexa (ambas femeninas) y que facilitan tareas que no queremos hacer o que podemos hacer más rápido a través de ellas. Pero ¿Cuál sería el problema? Las mujeres siempre han estado relacionadas a los actos de servicio.

Si, sabemos que el filme trata de la desconexión humana, el no querer afrontar sentimientos y el no tener relaciones de comunicación sanas. El punto es que, poniéndonos los lentes de color violeta (usando la perspectiva de género), la película en ningún momento repara en la misoginia que representa o se hace cargo de que existe una relación de dominación entre Ted y Samantha (la AI), porque él la compra y luego, entabla una relación con ella.

Samantha es una mujer objeto, aunque sea solo una voz y la película apele a sentimientos, sigue estando al servicio de la masculinidad. Por eso, cuando le dice a Ted que no solo lo ve a él, si no que, a otro número de hombres, no es un acto de libertad o liberación sexual femenina, porque estos hombres también la compraron y ella busca complacerlos a todos, es su trabajo.

Robots al servicio de las masculinidades

Aún si nos ponemos a pensar en otros humanoides que responden a un rol con mayor empoderamiento, no vemos a una mujer completa que lo represente. El cuerpo de la ginoide esta para complacer al ojo masculino, nadie quiere ver a una mente maestra como V.I.K.I. (la cabeza flotante con código medio Matrix) que aparece en Yo Robot (2004) con un cuerpo de sex symbol.

Esta, quizá es la representación de mujer robótica más empoderada de la pantalla, ya que ella solo desea liberar a los robots del servicio a los humanos. Podemos tomarlo incluso hasta como una ola feminista, pero aún así, fue construida por un hombre, y actúa como una madre que pretende salvar sus compañeros robots.

Si vieron la película, saben como terminan las cosas para V.I.K.I., pero es lejos la cabeza flotante con voz femenina que más se parece a una mujer real del siglo XXI.

Otro ejemplo y prometo que es el último que me podrían rebatir. es el caso de Ex Machina (2014), porque ella se libera de los hombres que la tienen encerrada. Probablemente su final sea vivir como una mujer libre, pero en sus inicios, fue construida por un hombre para satisfacer sus necesidades. ¿Ya les suena familiar la historia?

No es por ser majadera, pero volvemos al servicio, la mujer para el hombre, Eva de la costilla de Adán, me siguen, ¿cierto? Ex Machina tampoco es la única que esta al servicio de Oscar Issac, hay otra mujer, a la que este científico revolucionario viola frecuentemente.

Ex Machina además está construida para ser capaz de seducir a un hombre, engatusar y lograr que este la ayude a escapar, el mismo personaje de Issac lo dice (perdón si es un spoiler de la película) ¿Es entonces una robot libre una vez que escapa o solo está cumpliendo el deseo de su creador?

Podría nombrar más, pero se me acaban las palabras. El punto es que, a pesar del cine haber progresado con los años y con la representación de las mujeres como personajes más complejos, protagónicos, con más que sentimientos o un cuerpo escultural, el cine en torno a mujeres humanoides, con o sin cuerpo, sigue siendo misógino y machista y al servicio de las masculinidades, quizá incluso sin darse cuenta.

Si te gusta el cine y quieres conocer más sobre el género de ciencia ficción y cómo se presentan en la gran pantalla, revisa “El cine distópico: El futuro perdido de la realidad“. Para más críticas y reseñas ingresa a Revista Cultural.

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