El cine ecuatoriano en la penumbra, causas y dilemas

El cine ecuatoriano en la penumbra, causas y dilemas
Actualmente en Ecuador se producen y estrenan una cantidad de películas mucho más grande en comparación con lo que sucedía hace una década atrás. Sin embargo, pocas películas alcanzaron festivales importantes a nivel nacional e internacional y los espectadores no le han dado la oportunidad al cine ecuatoriano, pues cada vez menos personas se acercan a las producciones nacionales. Hablemos sobre las causas y los dilemas que han nacido al respecto.
¿Los ecuatorianos no le dan oportunidad a su cine?
Es una pregunta controversial que da mucha tela por cortar. En este ensayo se abordarán algunas de las que serían las probables causas de esta separación entre público y cine ecuatoriano. Estoy seguro que mucho tiene que ver el surgimiento de las plataformas de streaming y también la falta de difusión de la producción cinematográfica, pero también estoy seguro que el tema va muchos más allá.
Las antes mencionadas si pueden ser causas, pero el tema no se agota allí, por eso en este ensayo hablaré de los que también considero son temas relevantes, a tono autocritica. Entonces es necesario empezar haciendo un recorrido por la historia del cine ecuatoriano para conocer sus puntos altos o puntos de quiebre y a partir de ellos analizar lo que viene sucediendo. Esa exploración nos llevará hacia el dilema calidad vs cantidad. Dilema que se explicitará en la relación con las condiciones actuales de producción.
Historia del cine ecuatoriano
En Ecuador ya existe un registro de producción cinematográfica desde inicios del siglo xx, el tema es que no existe una continuidad y un proceso, sino que esta historia está atravesada por intermitencias importantes. En general, en un recorrido exhaustivo se hablaría de una gran diversidad de cortos, largometrajes de ficción y no ficción. Pero esa no es la intensión sino denotar a grosso modo la evolución del cine ecuatoriano donde los directores, productores y realizadores no llegaron a forjar las bases de un estilo de cine, sino que fueron iniciativas dispersas que llevaron a que sea una cinematografía emergente en la región.
La producción de cine ecuatoriano arranca en la década de 1920 con el estreno del primer largometraje de ficción, El tesoro de Atahualpa, dirigido por el guayaquileño Augusto San Miguel. En la misma década el sacerdote italiano Carlos Crespi realiza el documental Los invencibles shuaras del Alto Amazonas, por lo que juntos son, respectivamente, los pioneros del cine argumental y documental en el país.
Con el paso del tiempo lastimosamente los registros y ejemplares de esas épocas se fueron destruyendo y perdiendo. Pocas de las producciones que se lograron recopilar fueron a la Cinemateca Nacional.
Primer dilema la llegada del cine sonoro
En los años 30 con el advenimiento del cine sonoro se detuvo el desarrollo de la industria cinematográfica nacional. Hubo intentos de lograr cine sonoro como el caso de Guayaquil de mis amores, dirigida por Francisco Diumenjo. Película que logró una amplia convocatoria y se convirtió en un fenómeno de masas. Se intentó así consolidar el cine sonoro, a través de la interpretación de canciones y textos simultáneamente a la proyección, pero no les fue bien y allí hay una gran intermitencia, cerca de dos décadas el cine nacional se dedica a los documentales, los noticieros y los reportajes turísticos promocionales.

Despega el cine ecuatoriano en los años 60
Un punto alto es durante la década de los años 60, donde este arte es promovido por intelectuales como Ulises Estrella, quien fundó la mencionada Cinemateca Nacional del Ecuador. En ese periodo proliferan coproducciones mexicano-ecuatorianas y se fortalece en la siguiente década el género documental, para finalmente en 1977, se funda la Asociación de Autores Cinematográficos del Ecuador, ASOCINE.
La década de 1980 es otro punto alto pues se retoma la producción de largometrajes gracias al impulso de ASOCINE. Los ejemplos más importantes de esta etapa son las películas argumentales y documentales de directores tales como Jaime Cuesta Hurtado o Edgar Cevallos. Pero sin duda hay un quiebre con Camilo Luzuriaga que dirige La Tigra, basada en la obra del escritor José de la Cuadra. Luego el mismo director realiza otra adaptación cinematográfica de una obra emblemática de la literatura en la película Entre Marx y una mujer desnuda, basada en la novela del escritor ambateño Jorge Enrique Adoum. El último éxito de Luzuriaga fue en 2004 cuando presenta su tercera adaptación al llevar al cine el libro 1809-1810: Mientras llega el día, de Juan Valdano.
El punto alto del cine ecuatoriano y sus películas
En el 90 empiezan a llegar los premios. El gran giro del cine nacional llega con Ratas, ratones, rateros (1999) de Sebastián Cordero. Película que tuvo amplio recorrido en festivales de cine importantes y así mismo obtiene menciones y nominaciones. La segunda película de Cordero, Crónicas (2004), también consiguió reconocimiento internacional. Cordero continuó así con sus filmes Rabia, y Pescador, que consiguió galardones en varios festivales.
Por otro lado, tenemos a Tania Hermida que en 2006 presentó Qué tan lejos, cinta que tuvo buena acogida del público ecuatoriano y se convirtió en la segunda película más taquillera del cine local, detrás de La Tigra. El cine llegó, se puede decir, a su punto alto, con la creación del Consejo Nacional de Cinematografía del Ecuador (CNCINE) y la puesta en vigencia de la Ley de Cine.

La producción cinematográfica experimenta un cambio
Y se auguraba un buen camino pues en 2011 se presenta Con mi Corazón en Yambo, una película documental, dirigida por la cineasta María Fernanda Restrepo que tiene una exitosa taquilla nacional y gana a la vez premios en festivales. Así con la Ley de Cine el país pasó de estrenar una película cada cuatro años, a un mínimo de cuatro películas por año. Desde 2007, un promedio de entre 10 a 12 producciones locales llegan a las salas de cine en Ecuador cada año.
Pero si bien hay cada vez más películas ecuatorianas en cartelera, el número de espectadores disminuye. Ahora la mayoría de personas que van a una sala de cine prefiere ver los estrenos de Hollywood. No se ha escuchado de un éxito taquillero, ni de películas premiadas hace ya un buen tiempo. Entonces si retomamos la pregunta: ¿Por qué los espectadores no le damos una oportunidad a nuestro propio cine? Sin duda una de las respuestas es que la gente no encuentra variedad en los temas que se tratan, sobre todo en comparación con el cine espectáculo de afuera.
Segundo dilema Calidad vs Cantidad
Quizá el público no espera mayor cantidad de producciones, sino busca que las películas tengan una calidad que sea comparable a aquellas de los 90 que se les ha denominado puntos de quiebre en el cine ecuatoriano. Entonces aquí se evidencia una separación entre realizadores y público, en dos vías, de un lado, el público que mostró que tenía una acogida a las obras que le permitían explorar diferentes realidades desde una visión crítica ya no vuelve a consumir cine. Por otro lado, el sector cinematográfico no se ha enfocado en producir películas para diferentes tipos de público. Esa separación realizadores y publico quizá tenga una explicación más profunda.
Se condicionó la creación en el cine ecuatoriano
Se ha indicado que se incrementó la producción de cine tras la Ley de Cine, pero muchos han detectado en la ley razones que condicionan la creación cinematográfica. Para acceder a los beneficios de la Ley toda película debía pasar por la calificación del Consejo Nacional de Cinematografía siempre y cuando cumpla con los requisitos señalados en el artículo 2 de la Ley de Fomento del Cine Nacional:
“Artículo 2: Para hacer efectivos los beneficios contenidos en esta Ley, el Consejo Nacional de Cinematografía deberá emitir la correspondiente calificación de película nacional, a las obras cinematográficas, que, siendo producidas por personas naturales o jurídicas con domicilio legal en el Ecuador, reúnan por lo menos dos de las siguientes condiciones:
a) Que el director sea ciudadano ecuatoriano o extranjero residente en el Ecuador;
b) Que al menos uno de los guionistas sea de nacionalidad ecuatoriana o extranjero residente en el Ecuador;
c) Que la temática y objetivos tengan relación con expresiones culturales o históricas del Ecuador;
d) Ser realizadas con equipos artísticos y técnicos integrados en su mayoría por ciudadanos ecuatorianos o extranjeros domiciliados en el Ecuador; y,
e) Haberse rodado y procesado en el Ecuador”
Artículo polémico en la Ley de Fomento al Cine
Uno de los muchos aspectos polémicos que tiene la actual Ley de Fomento al Cine Nacional es el literal c. Aquí se establece que una película para ser calificada como nacional, y por tanto beneficiaria de los incentivos estatales, debe tener una “temática y objetivos tengan relación con expresiones culturales o históricas del Ecuador”. El artículo deja espacio para la censura temática y la segregación de muchos filmes. No es posible que el Estado entre a dictar una agenda temática, pues involucra una limitación, me refiero a que bajo ese argumento solo se verán beneficiadas las películas con realismo nacionalista y no sería posible participar con ciencia ficción, géneros híbridos u otros.
Ecuador tiene 2 millones de personas viviendo en el exterior y además múltiples nacionalidades al interno, esa realidad intercultural y posnacional debe ser mirada de manera diferente, por tanto, no creo que las miradas de las políticas culturales deban seguir siendo nacionales.
Tercer dilema distribución y consumo de cine ecuatoriano
El otro gran desafío hoy está en la distribución, exhibición y consumo. No puedo negar que con las plataformas de streaming la distribución de cine se opacó a nivel general, ya que mucha gente ahora tiene solamente como referencia el cine que consta en dichas plataformas. Pero eso pasó en todo el mundo no solo acá. Son necesarias entonces estrategias para posicionar el cine ecuatoriano en el mercado local e internacional y sobre todo formar audiencias capaces de consumirlo. Eso no se ha hecho, agregando además que las instancias mediadoras entre el filme y el público son nulas. Los espacios de educación, discusión y debate público son escasos, las publicaciones sobre el cine nacional, investigación y crítica apenas existen.
Cuarto dilema la producción en el cine ecuatoriano
En el tema de producción se puede indicar que el guion, la actuación y la dirección son, por ejemplo, algunos puntos deficientes en los que aún tenemos que trabajar, y no solo preocuparnos de los aspectos técnicos de este arte. Apenas hace una década se crearon carreras de cine en universidades privadas y son nulas en las universidades públicas-.
Se evidencia una falta de amplitud temática, y encima se lo justifica. Víctor Arregui, especialista de cine en una entrevista dice que “el cine ecuatoriano está preocupado por necesidades concretas de la vida”, sosteniendo que “no tenemos tiempo para desarrollar una capacidad de abstracción”. Ideas como está subvaloran al cine y afirman concepciones esencialistas y colonialistas. Esa es la visión de muchos realizadores, que piensan que solamente el Primer Mundo está destinado a producir un cine conceptual y experimental, en cambio nosotros el Tercero, tenemos que estar en la descripción social y la crónica nacional.
Esas visiones provocan que sin duda el realismo nacional sigua siendo preponderante como narrativa. Es hora de dejar esos esencialismos de lado e ir a un cine más abierto.

La representación crítica de la realidad en el cine
Si el realismo es la narrativa que dominada vuelvo a preguntarme qué tenían como característica las películas que en los noventa se convierten en puntos de quiebre del cine. En el caso de Ratas, ratones y rateros, y Con mi corazón en Yambo, vemos que ambas son producciones audiovisuales marcadas por una representación crítica del modelo social, económico, político y cultural imperante la sociedad. Son obras de denuncia de realidades muy atropellantes. En ellas las historias se insertan en los problemas que atañen a la sociedad e individuo ecuatoriano. Así mismo, las otras películas exitosas de Sebastián Cordero, nos muestran esa temática historias de dramas individuales pero que explicitan una realidad, y son realidades que muchas veces los reportajes de los medios no sacaban a la luz.
Si esa fue la fórmula exitosa creo que explorarla está bien pero no debe verse como el único camino, sino que el cine ecuatoriano debe buscar nuevos modos de construcción y de representación de las identidades socio-culturales, manteniendo la visión crítica. Surge allí otro problema, pues la mayor parte de las y los directores y realizadores que reciben los fondos de concursos son ideológicamente de derecha o cercanos a la derecha. Su visión crítica no termina de ser aprobada por los espectadores, pues muchos parten de presupuestos morales y reafirman el discurso oficial que ya circula en los medios de comunicación.
Una pequeña conclusión sobre el cine ecuatoriano
Esa especie de autocensura, la falta de instancias de mediación y distribución, así como la redundante temática, la narrativa realista, la visión crítica falseada son causas de peso en esta opacidad del cine dentro y fuera del territorio.
Ahora puedes también escuchar el podcast sobre este ensayo
Ficha de películas destacadas del cine ecuatoriano
El tesoro de Atahualpa
(1924). Director: Augusto San Miguel. Una película muda iniciadora del arte cinematográfico en el país. Un estudiante de medicina emprende la búsqueda del legendario tesoro del inca Atahualpa luego de salvar la vida de Ramanchen, un indígena anciano que le revela el secreto para hallar el tesoro.
Los invencibles shuaras del Alto Amazonas
(1926). Director: Carlos Crespi Croci. Es considerado el primer documental etnográfico de Ecuador y uno de los primeros de América Latina.
Guayaquil de mis amores
(1930) Director: Francisco Diumenjo. Una dramática historia de traición amorosa, que muestra con una esmerada fotografía de los sitios emblemáticos de Guayaquil.
La Tigra
(1990) Director: Camilo Luzuriaga. En el corazón del profundo Ecuador vive la indomable Francisca, conocida por todos como La Tigra. Ella es la mayor de tres hermanas huérfanas. Francisca ha secuestrado a la hermana más joven y se niega a dejarla casar con nadie. Cuando la menor se enamora empieza el drama.
Entre Marx y una mujer desnuda
(1996) Director: Camilo Luzuriaga. Basada en el libro del ecuatoriano Jorge Enrique Adoum (1976). La historia es contada por el “Autor”, quien escribe sobre sus amigos izquierdistas en la década de los 60 en Ecuador.
Ratas, ratones, rateros
(1999) Director: Sebastián Cordero. Ángel es un exconvicto que intenta saldar una deuda antes de que un grupo de maleantes tome acciones en su contra. Pronto involucra a su primo Salvador y la vida de ambos desciende rápidamente por una espiral de crimen y violencia.
1809-1810: Mientras llega el día
(2004) Director: Camilo Luzuriaga. La trama está basada en el libro homónimo del escritor Juan Valdano, y gira en torno a los hechos sucedidos en la ciudad de Quito entre el 10 de agosto de 1809, cuando tuvo lugar el Primer Grito de Independencia.
Crónicas
(2004) Director: Sebastián Cordero. Cuenta la historia de Manolo Bonilla, presentador estrella de un programa de noticias sensacionalistas de Miami, quien viaja junto con su equipo a una pequeña ciudad ecuatoriana para cubrir la historia de un asesino en serie de niños, el Monstruo de Babahoyo.
Qué tan lejos
(2006) Director: Tania Hermida. Esperanza, una turista española, y Tristeza es una estudiante ecuatoriana, se conocieron en el terminal de Quito en la unidad de buses la cual se dirige hacia Cuenca, ellas quieren llegar al mismo sitio, pero movidas por motivos diferentes.
Rabia
(2009) Director: Sebastián Cordero. José María es albañil y Rosa empleada doméstica. Son inmigrantes sudamericanos, trabajan en España y desde hace pocas semanas son pareja. José María tiene un enfrentamiento violento con su capataz que culmina con la muerte accidental de este último. Sin saber qué hacer, se refugia en la mansión donde trabaja Rosa, sin contar nada a nadie, ni siquiera a ella.
Pescador
(2011) Director: Sebastián Cordero. Blanquito es un hombre de 30 años que vive con su madre en un pequeño pueblo pesquero. Un cargamento de cocaína aparece un día en la playa, junto a una mujer que dice poder transportar la droga empieza su historia. Pero las cosas no son como parecen y pronto se dará cuenta que no pertenece a ningún lugar.
Con mi Corazón en Yambo
(2011) Director: María Fernanda Restrepo. Trata sobre la desaparición de sus hermanos Santiago y Andrés Restrepo en 1988, bajo el gobierno de León Febres-Cordero, caso que fue declarado crimen de Estado.
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