Un parlante, un micrófono portátil y unas buenas rimas eran todo lo necesario. Millaray, con tan sólo 11 años, solía subirse a las micros de la región Metropolitana a rapear junto a su padre.
Ensayos de Periodismo Cultural desde la Universidad de Chile.
Un parlante, un micrófono portátil y unas buenas rimas eran todo lo necesario. Millaray, con tan sólo 11 años, solía subirse a las micros de la región Metropolitana a rapear junto a su padre.